Hoy México mi país está de luto, desde ayer la noche sería testigo .... la oscuridad sería el maestro de ceremonia. Hoy despierto y con una impotencia me pongo a pensar en el futuro, como resultado de esta situación.
Las garantías, la libertad, la democracia, la esperanza y alma de millones de mexicanos han sido enterradas y lo peor de todo es que nosotros mismos fuimos nuestro verdugo.
La mediocridad de este país está cada vez mas hundida y será parte de nuestras raíces al parecer por siempre.
Indignado como millones, triste como todos, con el ánimo como tapete, crecerá el egoísmo entre la ciudadanía y así nos llevarán a lo mas recóndito del miedo humano, la desesperación nos rodea y seguirá haciendolo como un acto impuesto por el poder, la ambición y arrogancia de aquellos que quieren más, de aquellos donde no importa destruir al semejante con tal de subir un escalón más.
Hablo por mí, pero estoy seguro que por mucho también cuando digo que solo nos queda resignación y el seguir queriendo a mi país, aunque quienes lo tengan en sus manos vean un puñado de cuerpos inútiles sin voz incapaces de nada, trabajar como siempre, esforzarme y seguir la vida como si ningún cambio haya pasado... desde hace 80 años.
La unión nunca será conocida como fuerza en este país, al contrario es un peligro.
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